Desde la comarca pacense “Tierra de Mérida-Vegas Bajas” llegan al Museo de la Catedral las Piezas invitadas de este mes.
La Basílica de Santa Eulalia de Mérida contiene huellas artísticas de devoción singular a santos mártires ligados a nuestro territorio, como Eulalia o los hermanos Serván y Germán. A este último evoca la pieza que se presenta, San Germán. Se trata de una obra probablemente realizada por un maestro local, influenciado por las corrientes gótico-flamencas presentes en la Baja Extremadura durante el siglo XV y los comienzos del XVI.
San Germán, vestido con hábito, sufre el martirio sobre un fondo paisajístico. Tres personajes contemplan la escena con interés mientras destaca la serena fuerza expresiva del santo cuyo rostro se modela con sombreados bruscos, en contraste con la rudeza del verdugo. Los detalles del plegado de los paños y la minuciosa representación de cabellos y barba, muestran el naturalismo flamenco. Esta tabla, y otra pareja que representa a San Serván, pudieron formar parte de un retablo-relicario realizado hacia 1556 para contener las reliquias de San Germán y de otros mártires emeritenses.
Según la tradición San Germán y San Serván fueron soldados romanos, naturales de Mérida, que siendo forzados a renunciar a su fe en el contexto de las persecuciones del siglo III no lo hicieron, pasando a una vida de ascetismo y predicación. Poco después, al recrudecerse la violencia de las persecuciones, fueron conducidos hacia Marruecos y sufrieron el martirio en las cercanías de Cádiz, probablemente hacia el año 290. La iconografía primera los representa, como en este caso, en edad madura curtidos por el ascetismo y el sufrimiento. Posteriormente se representarán, sobre todo en Cádiz, como dos jóvenes soldados romanos. Desde el siglo VII se situó la sepultura de San Serván en Sevilla y la de San Germán en Mérida.
El pintor Leopoldo Gragera Castillo (1919–1995), natural de Puebla de la Calzada (Badajoz), es el autor de Retrato de una pintora. Su trayectoria artística siguió todos los pasos establecidos para alcanzar, desde su formación y posterior promoción, su consagración como pintor formándose a caballo entre Badajoz, donde estudió con el maestro Covarsí y Madrid, completando formación pictórica en la Academia de San Fernando y el Círculo de Bellas Artes.
Retrato de una pintora es una obra perteneciente a su periodo de madurez, tanto personal como artística, que representa a una pintora en su estudio. En su trayectoria a la hora de realizar retratos, incluido el presente, es común encontrarnos con figuras dulcificadas, soñadoras, ausentes, siendo muy significativa la forma de plasmar la mirada y la expresión de su rostro. A todo ello, se une la destreza con la que maneja la técnica, predominando en todo momento tonos grises, perlinas, que conectan al personaje directamente con el espectador.
Piezas invitadas Octubre – Noviembre 2021
San Germán
Autor desconocido
Siglo XV
Óleo sobre tabla
95 x 80 cm
Basílica Santa Eulalia (Mérida)
Retrato de una pintora
Leopoldo Gragera Castillo (1919–1995)
Firmado y fechado en 1977
Óleo sobre lienzo
100 x 81 cm
Badajoz. Museo de Bellas Artes